Ignacio Bugueño Vilches
El futuro del periodismo está en creadores independientes y comunidades comprometidas
Artículo originalmente publicado en el Foro Económico Mundial

La industria de los medios fue impactada por el declive económico del COVID-19, pero la pandemia también aceleró la digitalización y empujó a los periodistas hacia la independencia
El alza de plataformas como Substack y Supercast le dan a los reporteros métodos sin precedentes para monetizar una relación directa con sus audiencias
Esto permite a reporteros y escritores crear comunidades enganchadas en torno a su realidad local o intereses de nicho
El periodismo independiente de pequeña escala, puede prosperar en un mundo impulsado por el contenido, que hoy es liderado por youtubers y podcasters amateurs, y puede crear nuevas oportunidades para la colaboración cruzada
Desde Twitch a YouTube (e incluso OnlyFans), las subscripciones pagadas a los creadores de contenido han explotado, incluso mientras la contracción económica de la pandemia del COVID-19 golpea duramente a la industria global de medios. Hace casi un año atrás, Accenture anticipó hasta un 40% menos de gastos domésticos en medios, pero el reporte del Futuro de los Medios del Foro Económico Mundial, también identificó acelerados niveles de consumo en medios digitales mientras declina en canales tradicionales.
Sin embargo, no es en entretenimiento, sino que en periodismo, la industria que podría ser más impactada por la transformación digital, en lo que podría transformarse en un profundo y permanente cambio en cómo las noticias son entregadas. Plataformas como Substack, un Sistema de distribución de newsletter donde los reporteros pueden omitir al intermediario y construir una publicación pagada para sus comunidades, y Supercast, una startup de Vancouver que entrega un servicio similar para podcasts; entregan a los periodistas las herramientas para llegar a sus audiencias ofreciendo el contenido en la misma arena donde youtubers y streamers prosperan. Incluso gigantes de las redes sociales, como Facebook y Twitter, que dependen del contenido que es compartido en sus plataformas donde pueden someter a las noticias a sus algoritmos, están trabajando en servicios de pago para periodistas profesionales.
Más de 37 mil reporteros han perdido sus trabajos en Estados Unidos durante 2020. En Chile, el segundo diario más importante terminó su tiraje impreso excepto en el fin de semana. El Proyecto Periodismo y la Pandemia – una iniciativa de investigación colaborativa del International Center for Journalists (ICFJ) y el Tow Center for Digital Journalism de Columbia University, condujo una encuesta que identificó las dificultades económicas como un problema significativo para el 67% de los reporteros, más alto que el miedo de contraer COVID-19. Todo esto, mientras navegan un contexto de descontento social, noticias falsas, y polarización política. El Barómetro Edelman Trust identificó que los medios tradicionales tienen menos confianza que los gobiernos y empresas.
Mientras tanto, Substack duplicó el número de suscriptores pagos entre diciembre 2020 y febrero 2021, con sus primeros diez escritores ganando más de $15 millones de dólares al año combinados. Autores prominentes como Matt Taibbi de Rolling Stone Magazine, Andrew Sullivan de New York Magazine y Emily Atkin del The New Republic, han lanzado sus propios newsletter y dejado a sus compañías.

Generar ingresos nunca ha sido fácil para los periodistas, que están comúnmente ocupados en encontrar fuentes, perseguir noticias y producir contenido. Usualmente, los escritores deben alcanzar sus primeros mil suscriptores trabajando por meses en su newsletter antes de obtener ingresos importantes, pero esta nueva ola de plataformas permite a los escritores monetizar a sus seguidores más ávidos, capitalizar en su confianza personal y entregar valor en la forma de una relación más directa que no es usualmente posible como parte de los medios tradicionales. Plataformas como Ghost y Substack, también permiten a los autores conservar sus listas de suscripción, ser dueños de sus cuentas de facturación para suscriptores, y todo el contenido que producen.
Tal vez la ventaja más desapercibida de este nuevo modelo, es la ausencia de avisaje publicitario, concentrándose exclusivamente en el trabajo de los reporteros, y entregando poder a los lectores para apoyar el periodismo independiente en forma directa. Es un modelo que permite innovación, entregando a los autores un lugar donde pueden escribir en una voz más creativa y efectiva que resuena con sus audiencias, que no podrían experimentar en salas de redacción tradicionales atadas por métricas como vistas de página. También, es la manera en que los jóvenes hoy consumen las noticias: según el Reporte Digital de Noticias 2021 del Reuters Institute, casi el 40% de los menores de 35 entregan su mayor atención a personalidades de internet cuando consumen noticias.
Usualmente solo visible en diarios locales –los mismos que están entre los más afectados por la crisis económica que ha golpeado a las redacciones en los últimos años– la oportunidad para cualquier lector u oyente de escribirle de vuelta a un autor para enviar comentarios e interactuar en una manera que ofrezca una participación palpable en el proceso, además de ser respondido, es una ventaja por la que vale la pena pagar para muchos, como lo han demostrado los influencers amateurs en los años recientes. A través de estas plataformas, los periodistas pueden entrar en la conversación de la misma manera, sin las limitaciones de la geografía o restricciones editoriales.
Un ecosistema de noticias saludable es fundamental para nuestras democracias. Necesitamos un periodismo independiente capaz de comprar hechos, entregar comentario informado, y compartir puntos de vista diversos, pero también un periodismo que pueda conectar con sus audiencias y ser relevante para ellas. Pero más importante, necesitamos un periodismo que sea sostenible para los propios periodistas. Tal vez, ahora está todo a nuestro alcance – más independiente que nunca.